¿Qué cosas están en nuestras manos?

¿Qué cosas están en nuestras manos y cuáles no?

Superemos la ansiedad de estos tiempos. Construyamos puentes.

En estos tiempos que corren hay cosas que están en nuestras manos y podemos hacer acciones para demostrar nuestros pensamientos, nuestros criterios, nuestros acuerdos o desacuerdos.

Hay personas que nos necesitan mucho más que otras, y hay situaciones sociales que merecen más foco que otras.

De la responsabilidad individual, y uniéndonos colectivamente con quienes compartimos criterios podemos hacer la diferencia.

¿Qué queremos enseñarles con nuestro ejemplo a los niños y jóvenes de nuestro entorno? ¿Somos conscientes de que como sujetos aprendemos y nos comunicamos a través del “vínculo” y de los “vínculos con los otros” ?(Pichon Riviére)

¿Y que estamos dejando huellas en sus formas de concebir la realidad y el mundo?.

Hay situaciones familiares que las dejamos en manos de los involucrados en resolverlas, hay situaciones laborales que se resuelven en el trabajo, hay situaciones de enfermedades que las resuelven los médicos y especialistas junto a nosotros.

Hay situaciones de nuestra propia psiquis en las que buscamos herramientas, como terapias y especialistas que nos ayuden. Hay situaciones sociales y económicas que están en juego en este momento y que ponemos de cada uno en el lugar dónde estemos el aporte que creamos necesario para ayudar.

Y todas estas situaciones a su vez la ponemos en manos de ese Dios, en el que vos crees o no crees, en la luz, en el Espíritu, en la Fuerza Suprema.

Porque dejándolo en manos de un Ser Superior, más haciendo nosotros hasta donde podamos, es que llegaríamos a lograr un cambio.

Lo que no es aconsejable es vivir ansiosamente (por experiencia propia) y con la mente cargada de pensamientos, sin dar pasos y adelantándonos a todo lo que «quizás» vendrá.

La ansiedad es un mal que nos aqueja en esta época y si estamos preocupados las 24 horas del día nuestra calidad de vida y la relación con nuestro entorno se vuelve caótica.

Muchas veces sin darnos cuenta nos convertimos en consejeros o asesores de los otros, y no nos damos cuenta que los cambios deben comenzar por uno mismo.

De a poco, pero eso sí, dando pasos y cambiando. No podemos pretender que baje nuestra ansiedad o que las cosas que nos hacen mal se modifiquen si no ponemos de nuestra parte.

Y si no podemos solos: pidamos ayuda, busquemos los medios, salgamos al encuentro de otros tendiendo puentes que nos ayuden a alivianar nuestra cruz y nuestros pesos.

¿Te animás a repensarte cómo estás viviendo?

¿Te animás a descubrir si los consejos que le das a otros no son los que vos justamente estás necesitando para tu vida?

Es todo un desafío, pero YO TE ANIMO…

Karen Erra. Psicóloga Social.

También te puede interesar…
► VER TODOS LOS ARTICULOS PUBLICADOS ◄
► [EXPLICACIÓN] ¿Qué es SER AGUILA? ◄


SER ÁGUILA en las Redes Sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.